lunes, 20 de abril de 2009

Carnicero

"Yo no he matado a nadie.

No he ordenado que maten a nadie.

Esas criaturas que van por ustedes

con sus cuchillos, son sus hijos.

Yo no les enseñé. Ustedes lo hicieron."

 

Charles Manson

 

-Viste cerote! así es como se hace! Le gritaban Juan el cojo y Manuel a Lucas mientras contemplaban la sangre que escurría de un gato partido a la mitad. -Mi huevo, este cerote no lo va a hacer- le decía Juan a Manuel, reproduciendo, machete en mano, el tajo que había dado al gato momentos antes.

 

Después de mucha teoría, Lucas trataba de dar sus primeros pasos como matón; el cojo y Manuel eran sus maestros –quiero ser como ustedes, así de cabrón para cortar carne- les dijo un día al par de carniceros que tenían tan buena fama para menear el cuchillo.

 

-solo es cosa de acostumbrarse a los berridos que pegan los malditos, hasta que llega el día que ya no te molestan para nada –decía el cojo mientras miraba la punta del machete. –si cerote, así de simple, y no es porque seamos mulas, para pisarlos de un solo talegazo, si hasta las vacas mas grandes te las hechas así. Solo es cosa de saber donde darles, simplemente es que te acostumbres a verlos sufrir… a que te miren –interrumpió Manuel- con sus estúpidos ojos de compasión los muy mierdas.

 

Lucas los miraba con una mezcla de asco y fascinación, no perdía ni una sola de sus palabras, ni uno solo de sus movimientos. -Tenés que pones más atención en lo que hacer pizado –decía en voz baja el cojo- si cerote-interrumpió como siempre Manuel – si la cagaste, dejaste ir al chucho y los gatos que teníamos para cuando la carne subiera.

 

-te tiene que dejar de temblar la mano. Dijo el cojo.

-tenés que agarrar bien el machete. Siguió Manuel.

Mientras decían esto, el pastor alemán que se les había dado a la fuga, regresaba, atraído por el olor de la sangre, al terreno baldío, donde tres siluetas humanas, una con machete, se movían en la oscuridad.

 

-Puta! Mirá! Gritó Manuel al ver al perro.

-va cerote, ahí esta tu segunda oportunidad, no la desperdicies Lucas, tomá, agarra el machete, y no lo olvides, que no te tiemble la mano, agarrá bien el machete.

-Ven perrito, perrito- murmuraban los carniceros mientras caminaban con paso lento hacia el perro que comía las tripas regadas del gato partido por la mitad…

 


Después de carnear al perro y embolsarlo, Manuel propuso un brindis, y sacó un tambito de cusha de su morral. –Esta va por Lucas! Dijo antes de dar un profundo trago a la bebida. –A pesar de todo aprendes rápido cerote, no pegó ni un chillido, nomás levantaste la mano y ZAZ!, se acabo- decía el cojo a la par que arrebataba el tambito de manos de Manuel – ahora solo practica un poco mas y te vas a volver un maestro, tan cabrón como nosotros, jajajaja. Reían los carniceros, pero Lucas ya no los escuchaba; se dedicaba a observar fijamente el filo del machete, todavía cubierto de sangre, el líquido espeso resbalaba hasta empapar su mano. Creía haber tenido buenos maestros, ahora sólo la práctica lo haría mejor, pero. Cuando comenzar?, y porque no ahora?, se dijo mientras observaba con asco al dúo, que cada vez se iba sumiendo más en la embriaguez, así que miró el machete y agarró con fuerza, sin que le temblara la mano.

 

-Puta! Que hiciste cerote!! Ala verga!- gritaba el cojo, casi enloquecido, cuando miró la cabeza de Manuel separada de su cuerpo.

 

-Creo que ya aprendí, Viste? Ni un solo bramido. Pero ahora quiero ver si es cierto lo que me dijiste, que te termias acostumbrando a oírlos sufrir –decía Lucas acercándose al cojo- ya sabes, la práctica hace al maestro. Mirá, agarras el machete, así, y recordá, que no te tíemble la mano- decía Lucas con una sonrisa en la boca, mientras caminaba con paso lento hacía el cojo, que se resbalaba en su huída, con las tripas del gato partido a la mitad…

1 comentario:

Unknown dijo...

Jajajaja por mulas

(buen blog (y))